martes, 24 de junio de 2008

DOCENCIA UNIVERSITARIA

DOCENCIA UNIVERSITARIA EN ESTUDIANTES DE MEDICINA EN EL ÁREA DE PSIQUIATRÍA

UNIVERSIDAD DE MANIZALES
DIPLOMADO EN DOCENCIA UNIVERSITARIA
JUNIO DE 2008

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Germán dijo...

DOCENCIA UNIVERSITARIA EN ESTUDIANTES DE MEDICINA EN EL ÁREA DE PSIQUIATRÍA

UNIVERSIDAD DE MANIZALES
DIPLOMADO EN DOCENCIA UNIVERSITARIA
JUNIO DE 2008

INTRODUCCIÓN
La docencia universitaria es un proceso de aprendizaje permanente. Nadie nace docente, ni es un don, tampoco se necesita poseer un coeficiente intelectual alto para serlo.

Entender a los jóvenes estudiantes desde sus lógicas, reconocer las culturas juveniles en las cuales están inmersos, muchas de las cuales se desconocen al encontrarlos en un ambiente hospitalario exclusivo, desligado de la universidad, y crear espacios de comunicación efectivos, son primordiales en el ejercicio de la docencia en psiquiatría.

En el presente trabajo se esbozan unos temas de interés relacionados con el acercamiento de los estudiantes de medicina a la Psiquiatría y se trazan unas pautas o estrategias que pueden ser aplicables en otras áreas y que a manera de ejemplo refuerzan el proceso de aprendizaje y mejoran la calidad de la docencia que se brinda a los estudiantes.

LA DOCENCIA UNIVERSITARIA EN ESTUDIANTES DE MEDICINA EN EL ÁREA DE PSIQUIATRÍA

Los estudiantes de medicina en el pénsum académico deben cursar con materias relacionadas con el área de la psiquiatría, en la formación integral que deben tener. La particularidad del estudio incluye la entrevista a pacientes con patología mental, aplicación práctica de los conocimientos teóricos, revisiones de tema, casos clínicos, rondas hospitalarias académicas y asistenciales, ponencias, cineforos y turnos, momentos educativos en los cuales siempre hay docencia. Esta variabilidad de intercambio de información permite una amplia adquisición del conocimiento desde diferentes perspectivas.

EL RETO DE LOS MAESTROS FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN

El maestro universitario asume un papel determinante en el proceso de globalización en nuestra sociedad. Es el filtro directo del manejo de la información, que se produce constante y paralelamente a nivel mundial. Se enfrenta al reto de la globalización educativa, y se convierte en paradigma de saberes, en mixtura de culturas, en referente obligado de sus alumnos y de la sociedad. El maestro universitario tiene una responsabilidad muy grande, otrora como dueño del conocimiento, ahora como una rueda más en el engranaje, pero una rueda demasiado importante sin la cual la sociedad no tendría un norte claro de funcionamiento.

Ya lo había dicho Amartya Sen, “la globalización de las ideas es una de las vías más importantes hacia el progreso humano”, y donde se vislumbran de mejor forma las ideas, si no es en el entorno universitario, sitio de reflexión concienzuda acerca del conocimiento.

Sin embargo, el maestro universitario no sólo se enfrenta al proceso globalizador de la educación, sino a la globalización en general, la cual debe conocer, apropiarse de ella, tener argumentos sólidos para entenderla y debatirla con sus estudiantes; debe comprender que está determinada por intereses económicos que superan a los intereses políticos, cuyo objetivo es enriquecer más a los países ricos y empobrecer a los países pobres.

La autonomía universitaria se pierde debido a que se encuentra supeditada a los lineamientos económicos que trazan las compañías multinacionales a través del Banco Mundial. Obviamente se puede inferir que hay un sesgo en la investigación si parte de dicho funcionamiento.

En conclusión, el maestro universitario debe mostrar imparcialidad, capacidad de integración del conocimiento en la dinámica de globalización, discernimiento de la información, útil para su auto educación y para estimular en los estudiantes un espíritu crítico y reflexivo acerca de los conocimientos que se comparten en el ambiente educativo universitario.

CULTURAS JUVENILES UNIVERSITARIAS: UN DESAFÍO PARA LA DOCENCIA

A propósito de culturas juveniles en el contexto universitario, se nos plantean diversos problemas respecto de la definición de jóvenes en el ámbito de la Universidad.

Lo primero que se debe analizar es la revolución generacional de por lo menos las últimas dos décadas, en las cuales, cada vez los jóvenes ingresan más jóvenes. No es nada raro que este fenómeno se deba a un aceleramiento de la sociedad, a un ingreso a la edad adulta en edades más tempranas. Diferentes disciplinas han intentado explicarlo desde su óptica, por ejemplo, la medicina investiga que cada vez la menarquia o primera menstruación ocurre más pronto en las mujeres; el acceso a las posibilidades que eran restringidas sólo para adultos, es de fácil consecución para los jóvenes; el misterio de una revista pornográfica por la cual se peleaban los jóvenes de hace unos años está superado por la globalización, que a tan sólo la digitación de una tecla, y sin salir de su habitación, abre un abanico de posibilidades dentro del ciberespacio.

La globalización ha traído consigo un mercado de posibilidades exponencialmente infinito. En simultáneo puede interactuar un joven de Colombia con un norteamericano, europeo o japonés sin ninguna dificultad, ni siquiera idiomática.

El modelo consumista de la generación actual en la sociedad, entre otras consecuencias, propulsa a los jóvenes a egresar del colegio, cada vez a edades más tempranas y los enfrenta a descubrir el ambiente universitario de una forma más acelerada. Es muy frecuente observar jóvenes de 15 años matriculándose en la universidad e iniciando su carrera, la cual en promedio de cinco años están terminando, es decir, profesionales a los 19 o 20 años. Es muy probable que dicha edad, cercana a los 20 años fuese la edad de inicio de alguna carrera hace algunos años, para jóvenes de otras generaciones.

No es de extrañar a las personas de generaciones mayores, inquietarse al ver profesionales tan jóvenes con responsabilidades tan grandes como implica cada profesión, que en medicina dirían:“es que antes los médicos eran señores mayores…”

Sin embargo, debe reconocerse que hay mayor oferta de universidades en la actualidad, un crecimiento exponencial sobre todo de las universidades privadas, lo que responde a una política de mercado que bien manejada puede representar una mayor inversión en la educación y en la formación de profesionales capacitados para afrontar los problemas de la sociedad. Y las universidades públicas cada vez se ven más restringidas en presupuesto y en apoyo del Estado. ¿Acaso esto corresponde a una política mercantilista de la cual pueden obtenerse ingresos para unos pocos a costa de muchos?

En segundo lugar debe valorarse la intencionalidad de los jóvenes al elegir una carrera universitaria. Las llamadas carreras tradicionales como medicina y derecho, siguen generando un prestigio en el inconsciente colectivo de las personas, se siguen escogiendo como una tabla de salvación en un mundo caótico. Aún la presencia del “Doctor” es impactante y abriga un futuro promisorio, por lo menos en la imaginación de los jóvenes que se presentan a cursarlas. Lo que en otros tiempos también era poco creíble, como hacer selección de ingreso en las universidades privadas por una sobre demanda en el número de inscritos para cursar dichos programas. Y ni qué hablar de las públicas, en las cuales el volumen de inscritos supera las expectativas de cualquier estadística.

En tercer lugar, los jóvenes llamados a ingresar en las universidades, constituyen un mínimo porcentaje de sus pares, quienes conforman la sociedad productora y proveedora de la otra sociedad. Es decir, sólo unos pocos tienen la posibilidad de estar en el medio universitario y la gran mayoría estará desempleada, sin terminar su educación o en el mejor de los casos en un trabajo que por lo general no ofrece las garantías laborales que se esperan.

Es la realidad de nuestro país, en la cual el ingreso al medio universitario en calidad de estudiante se rige por la “ley del embudo”, por el cual pasan unos cuantos por méritos pero la mayoría sólo por el poder económico; quien tenga poder económico podrá estudiar… No cabe duda que el ingreso a ciertas universidades públicas también está restringido a criterios de selección que intentar ser objetivos, pero en realidad son difíciles de valorar en cuanto a dicha objetividad como el aprobar pruebas ICFES o exámenes elaborados al interior de la misma universidad. ¿Qué puede ser más objetivo?, ¿Qué garantía hay en la imparcialidad para la selección?

Pero si de hablar de cultura universitaria se trata, qué decir de la cultura que se vive por fuera de las aulas, la cultura cotidiana de los jóvenes, la de su hogar y de su barrio, la cultura de la calle y de la vivencia cada día. Los jóvenes del medio universitario no se desligan de las vivencias del medio extra universitario. Son jóvenes integrantes de familias, de comunidades, de espacios culturales diversos. En la institución universitaria se mezclan diferentes contextos socio culturales, son jóvenes procedentes de diversas ciudades y municipios del país, quienes forman una nueva cultura heterogénea, diversa, polimorfa: la cultura juvenil universitaria.

Cultura juvenil universitaria, tres palabras que intentan definir la conformación de una sociedad dentro de la universidad, una fuerza latente capaz de transformar a la misma universidad, con la energía suficiente que impulsa cambios no sólo al interior sino que se proyecta en los ámbitos políticos y sociales del país.

La canalización de la energía juvenil orientada por la sociedad puede enfocarse hacia lo positivo o a lo negativo. Se ha dicho que los jóvenes son el potencial de cambio, como lo desee la sociedad – a propósito se le ha encomendado una gran responsabilidad –; para algunos la plastilina moldeable según los intereses que se persigan. La juventud hace parte de los cambios promotores de una sociedad más justa, pero también puede involucrarse en actos contraproducentes consigo misma y con la sociedad. De jóvenes también están llenos los grupos armados, legales e ilegales; de jóvenes están conformados los partidos políticos, las organizaciones no gubernamentales y por supuesto las universidades. Unos cuantos jóvenes son educados en las universidades, patrocinados por fuerzas armadas denominadas al margen de la ley, otros en cambio, parten de la formación recibida y buscan sumarse a dichos grupos. ¿Qué los puede impulsar a ello?, el descontento con el Estado y con las políticas de juventud, o con los regímenes actuales, o la atracción por un empleo supuestamente seguro al otro lado del frente de combate. Se lucha por una causa, y en los jóvenes, muchos de ellos, lo hacen por ideales, así su entrega no sea reconocida, así su sacrificio no valga la pena, ni cambie a la sociedad. Otros tantos lucharán sólo por necesidad, sin saber por qué están luchando.

El bagaje cultural del joven universitario, quien lleva consigo ilusiones y expectativas desde la adolescencia, que aún no termina, - ni terminará al culminar sus estudios – (porque se puede considerar que se es adolescente hasta cuando se independice totalmente de sus padres), el sustento económico durante la carrera y hasta tiempo posterior de terminar la misma, ese bagaje cultural, producto de su idiosincrasia y de su aprendizaje, de su formación desde los padres y la escuela, de su integración en otros grupos juveniles que fortalezcan su personalidad y permitan confrontarse con sus pares, lo impulsa continuamente hacia el cambio.

En el ambiente universitario, los jóvenes, - en su mayoría son jóvenes los que conforman el grupo estudiantil -, atraviesan por dos etapas del ciclo vital denominadas adolescencia y adultez joven en las cuales confluyen el desarrollo completo de la personalidad del adulto, que lo acompañará como marca indeleble hasta el fin de sus días. En la adolescencia, la cultura juvenil se basa en la integración del pensamiento formal y de la apropiación de lo abstracto, como parte fundamental del desarrollo evolutivo, mientras que en la adultez joven, se alistan las herramientas para afrontar la edad adulta como tal. La segunda depende de la primera, sin adolescencia positiva, no se pueden esperar buenos resultados de una adultez joven; si no se conectan causalmente entre sí, será difícil asegurar el éxito del individuo. Ahora bien, no se puede desconocer la correlación entre una formación adecuada desde la adolescencia forjadora de ideales hasta la adultez joven, recolectora de hechos concretos, artífice de propósitos de la adultez propiamente dicha.

La cultura juvenil universitaria incluye propósitos, metas, expectativas comunes, sueños, identificación de grupo, argumentación ecléctica basada en conocimientos neo adquiridos y en tradiciones y costumbres arraigadas en cada individuo. La cultura juvenil universitaria es vida, es paradigma de otras culturas, es la proyección de los deseos sumados de quienes la conforman, es grupal pero también personal, en la medida que cada individuo tiene su propia cultura, su propia identificación, su propia personalidad; es tangible pero etérea, identificable en grupos pequeños y grandes, difuminada en los pensamientos y sentimientos de quienes conforman el grupo.

Dichos propósitos serán individuales en el sentido que cada quien desee aplicarlos. Seguramente que la mayoría de estudiantes tendrán como propósito “ser alguien en la vida”, tener un título profesional, adquirir unos conocimientos para devolverle a la sociedad “el favor que le hizo al permitirle el acceso a la llamada educación superior”. Quizás otros serán menos altruistas y buscarán simplemente los intereses particulares, como formar un capital, tener una familia, pensar en jubilarse – sí algún día se alcanza – o sobrevivir con lo aprendido, si le sirve para hacerlo, porque dicho sea de paso, muchas carreras atiborran de conocimiento a individuos y después no son prácticas, o no se les encuentra posibilidad laboral, por lo menos en nuestro medio, debido a que la oferta de empleo es demasiado baja.

El interés de los últimos años gira en torno del estudio técnico, el cual permite obtener mano de obra barata, semi calificada, que reemplace al profesional como tal. Técnicos y tecnólogos ocupan la mayoría de cargos a nivel industrial. La profesionalización no importa para la sociedad.

Y la mano de obra calificada se supone que provendrá de los profesionales, formados en las universidades, de su cultura y de lo aprendido en la época de universidad así como de la experiencia sumatoria del día a día. El aprendizaje no sólo es adquisición de conocimientos del profesor, lumen del conocimiento, sino del interés personal y de la interrelación multicultural con los compañeros de facultad y de otras facultades dentro de la universidad o incluso con otras universidades. La cultura juvenil universitaria no gira en torno de actitudes fogosas de la edad, de experimentar para conocer, de crear para ver dichas creaciones. Dicha cultura se expresa en investigación, en contradicción con modelos clásicos, en argumentación, en contraposición a la verdad, en la búsqueda constante de soluciones sencillas a problemas complejos.

La cultura juvenil universitaria es una fuerza de conocimiento sin límites, - no los conoce -, es vida y energía constante, es motor de cambios sociales, es leña que se enciende con la chispa de un buen profesor, de un guía, de un orientador. Allí se puede encontrar la utilidad del maestro universitario, en la canalización de esa fuerza,

Ahora bien, ¿cuál es el eslabón que ocupa el maestro universitario dentro de esta gran cadena cultural? Sin lugar a dudas, depende de la posición que quiera ocupar, si lo hace desde una posición vertical, o desde una horizontal, todo depende de la formación docente y el entendimiento y respeto que pueda generarle el modelo de culturas juveniles universitarias. Si no lo entiende, le va a ser muy difícil respetarlo, y la adquisición de conocimientos deberá ser siempre bidireccional.

LAS LÓGICAS DE LOS ESTUDIANTES DE MEDICINA EN EL ÁREA DE PSIQUIATRÍA Y SU CONCORDANCIA CON LA DOCENCIA:

El proceso de la lógica aplicado a la Psiquiatría en la Docencia Universitaria, corresponde al entendimiento del ser humano como gestor de su propio proyecto de vida, en la proyección que el estudiante hace de sí mismo al entorno, incluyendo a los pacientes que trata y que tendrá a su cargo en el ejercicio de la profesión médica. Es así como se mezclan los elementos emocionales y mentales que acompañan al individuo, en su rol de estudiante, los cuales trae desde lo genético en la estructuración de su personalidad y en la herencia de los padres, hasta lo ambiental, producto de las variabilidades del aprendizaje en su familia, en el modelo escolar y en todo el medio social en el cual se ha desempeñado hasta llegar a la Universidad. Los conceptos que el estudiante trae de dicha formación, varían de persona a persona y le permiten comprender la realidad subjetivamente. A través de la formación desde la Psiquiatría, el estudiante combina su lógica particular con una lógica objetiva, enmarcada en un contexto de búsqueda de su propia identidad y en la diferenciación entre los seres humanos, como personas que argumentan, piensan, planean y proyectan sus capacidades mentales.

Con lo anterior, se vislumbra una realidad: el docente en Psiquiatría está en capacidad de identificar su propia lógica y conocer las lógicas de sus estudiantes, indaga, formula hipótesis de trabajo con los estudiantes en el proceso de docencia. No discrimina las posiciones del estudiante pero sí permite que confluyan las diversas lógicas paralelas en el ambiente académico y centra sus esfuerzos en que el entendimiento de las enfermedades mentales sea lo más objetivo posible, siguiendo parámetros internacionales, pero aplicados a la sociedad actual y a la idiosincrasia de la población que consulta en el medio en el cual se desempeñará el médico.

ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN EN LOS ESTUDIANTES DE MEDICINA EN EL ÁREA DE PSIQUIATRÍA Y SU CORRELACIÓN CON LA DOCENCIA

La docencia en psiquiatría para el estudiante de medicina se vivencia desde diferentes posturas comunicativas que permiten el intercambio de conocimientos según el semestre y la finalidad que se persigue. En quinto semestre se requiere una comunicación más directiva, si se quiere llamar magistral, en la cual se sientan unas bases para el estudio del comportamiento humano patológico, y la información considerada en las clases, a manera de revisión de tema, se retroalimenta con los estudiantes a través de la práctica y de la entrevista a pacientes, dirigida por el docente asignado. En este primer momento comunicativo en la docencia, los estudiantes empiezan a incorporar conceptos elementales para su formación profesional, a diferenciar las bases psicopatológicas de las enfermedades, y tienen la oportunidad, de resolver las dudas respecto de lo estudiado. El docente ofrece a través de la comunicación escrita en una bibliografía amplia, por medio de textos sugeridos y en revisiones de Internet a través del hipertexto, los conceptos que se quieren esbozar en las clases. Quinto semestre, en el área de Semiología Psiquiátrica brinda la posibilidad de realizar la introducción al estudio de la Psiquiatría.

Un segundo momento comunicativo, ocurre en noveno semestre, en el área de Clínica Psiquiátrica I. La docencia se estructura desde lo magistral por un lado y desde el modelo de ponencias por otro. La construcción del conocimiento se logra en este semestre por el flujo bidireccional de información entre docente y estudiantes, en la identificación que el estudiante realiza con un tema, la apropiación del rol de docente al preparar su ponencia y la retroalimentación que realiza el docente acerca de los temas que expone el estudiante, basado en su experiencia y en el mayor conocimiento que tiene en el área en estudio.

El tercer momento en el cual se comunican docente y estudiantes, ocurre en Décimo Semestre, en la Práctica de Clínica Psiquiátrica. En este momento, se rompe con el paradigma del salón de clase y se vincula al estudiante a la labor académica y asistencial desde el consultorio o desde la sala de hospitalización. Se supera el modelo magistral con el fin de retar al estudiante a asumir su rol de médico para lo cual se está formando. El docente supervisa el proceso de entrevista a los pacientes que realiza el estudiante, y realiza las correcciones y aporta sugerencias en el entendimiento de las situaciones que se generan. La comunicación en este momento es personalizada, los grupos de estudiantes son pequeños, el conocimiento que el docente tiene de sus estudiantes es mayor, y la docencia se convierte en un ejercicio sin horarios de clase, con aumento en la práctica y en la adquisición de habilidades técnicas y científicas, aprovechando los conocimientos que trae el estudiante hasta el momento.

Y por último, el cuarto momento ocurre en el Internado. Acá la docencia es un continuo entre los médicos internos, próximos a graduarse y los docentes. Es una integración dinámica, en la cual los primeros asumen una actitud participativa total, con responsabilidades inherentes a su ejercicio, en una dimensión asistencial para la cual se han preparado, y los segundos refuerzan los conocimientos de los primeros.


LA NEUROPSICOLOGÍA: HERRAMIENTA PARA ENTENDER EL PROCESO DE APRENDIZAJE EN JÓVENES

El cerebro humano, centro de procesamiento de la información, está configurado estructural y funcionalmente para responder ante las demandas del medio. Una compleja red de procesos de interconexión neuronal, se entrelaza en millones de sinapsis que configuran la relación interneuronal de respuestas a estímulos diversos. La diferenciación de dichas neuronas en las capas de la corteza cerebral, unos cuantos milímetros… nos diferencian de los primates más cercanos al hombre, escasos milímetros de evolución, infinitas características de especificidad. En la docencia deben tenerse en cuenta las diferencias entre los estudiantes, pues el procesamiento de la información acontece a velocidades distintas, y la especialización interneuronal corresponde a las áreas mejor estimuladas y más sensibles, que hace predominar tal o cual característica. Popularmente, las personas dicen aquel es más visual, o éste es más auditivo, o el de más allá es más táctil, simplemente están refiriéndose a las características de los órganos de los sentidos más desarrolladas, en las cuales son más acuciosas. De esta manera, debe entenderse que el filtro que necesita el cerebro para adquirir conocimientos no siempre es el mismo y la información que se recopila en las “bases de datos”, (en las áreas cerebrales encargadas de la memoria), es el resultado de la integración cortical, subcortical, talámico, hipotalámico y cerebelar.

El proceso de aprendizaje es muy complejo. Depende de la combinación de factores genéticos, del momento del parto, del desarrollo, de la nutrición, de la interacción social e incluso del género, los hombres aprenden diferente de cómo lo hacen las mujeres, aunque el resultado pueda ser el mismo. De la complejidad del proceso de aprendizaje se desprende que la adquisición de conocimientos por parte del estudiante en la docencia sea entendido como algo completamente individual. La prueba más sencilla para demostrar lo anterior, es el momento de la evaluación: en un grupo determinado la igualdad de condiciones a las cuales se enfrentan los estudiantes en el proceso de la docencia es la misma, los temas son iguales para todos, los tiempos de clase no se diferencian de unos a otros estudiantes, estando todos en el mismo tiempo y espacio. Pero el cerebro es distinto de una persona a otra, y dichos conocimientos que se suponía debían dar resultados parejos, oscilan en las escalas de calificación desde el reprobado hasta el aprobado, con diversos matices.


USO DE ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS CON ESTUDIANTES DE MEDICINA EN EL ÁREA DE PSIQUIATRÍA

Un estudiante de medicina en su formación profesional debe estudiar el área de la psiquiatría, con el fin de convertirse en un médico integral, quien piense en el paciente como un ser a quien sus dolencias no son sólo físicas, sino también mentales y emocionales, las cuales puede identificar a través de la elaboración de una historia clínica completa que le permita establecer un diagnóstico y proponer un tratamiento.

Por lo tanto, en el aprendizaje de la Psiquiatría, es inevitable que el estudiante se identifique con los trastornos que estudia, y como ser humano, no sea ajeno a creer que tiene tal o cual síntoma de enfermedad, y sus procesos mentales sean amplios. Las estrategias de enseñanza en los estudiantes de medicina, cuando se encuentran en Psiquiatría, son personalizadas, se crean algunos espacios de confrontación académica pero también de reflexión desde la subjetividad, desde la vivencia y la experiencia de cada uno, y se indica que el proceso de aprendizaje de las enfermedades mentales debe estar desligado de las proyecciones emocionales que se generen con los enfermos.

Una estrategia didáctica utilizada con los estudiantes de medicina y que en la práctica se empezó a realizar, fue la creación de este blog, en la Internet, página dedicada a la interrelación entre profesores, médicos internos y estudiantes afines con la psiquiatría.